Hace ya algunos años me dirigí a una serie de profesores de las instituciones educativas (IE) donde laboro de diferentes ámbitos para saber cuál era su opinión sobre las técnicas de dictado en el aula y si solían utilizarlas en sus clases.
Entonces sus respuestas me llevaron a una serie de conclusiones significativas, al menos para el colectivo entrevistado y que, según mi parecer, reflejaban la opinión de muchos docentes:
- El dictado era visto como una práctica en desuso o impuesta por el sistema educativo (con diferentes objetivos).
- Se pensaba en él casi exclusivamente como el hecho de dictar (profesor) y escribir (alumno), es decir, el dictado tradicional en su sentido más estricto.
- No se cuestionaba en casi ningún caso la existencia de flexibilidad de formatos y, por lo tanto, de posibilidades en su práctica.
A pesar de que la percepción del docente con respecto a esta práctica en las IE ha cambiado completamente –podemos afirmar que ya no viene identificado o, al menos, se asocia menos a un modelo didáctico conservador–, sigue sin reservarse un espacio a la práctica de este tipo de ejercicio (o a las diferentes posibilidades que ofrece), ni en los libros de texto de los alumnos, salvo escasas excepciones, ni en manuales dirigidos a la formación de profesores.
Importancia de las técnicas de dictado en el aula
En realidad, la bondad o maldad de una actividad, de un método o de un enfoque, en general, no radica en sí mismo/a, sino en el uso que de él/ella se hace.
Lo ideal sería llegar a una situación de equilibrio en la que lo importante no es resolver la dicotomía dictado sí/no, sino encontrar, a la luz de las necesidades de nuestros alumnos y a las impuestas por el sistema formativo, las actividades que hacen realmente posible el aprendizaje significativo de una segunda lengua.
Mi propuesta es que, a la hora de plantearnos actividades para llevar al aula que posibiliten y favorezcan el desarrollo de habilidades y actitudes interculturales, tengamos en cuenta el abanico de posibilidades que nos puede ofrecer el dictado (tanto en su versión clásica como en las versiones abiertas, es decir, aquellas surgidas en los últimos años).
D. Cassany (2004) señala que
[…] el dictado sigue siendo uno de los ejercicios más rentables del aula de lengua. Al margen del tipo de alumnado (nivel, edad, intereses, etc.) de la metodología seguida (gramatical, comunicativa, etc.) e, incluso, del contexto de aprendizaje (primera o segunda lengua, etc.), la tarea de comprender un texto oral y codificarlo al canal escrito ofrece un interés intrínseco indiscutible y evidentes posibilidades didácticas.
Ventajas del uso del dictado en el aula
Partiendo del presupuesto de la utilidad de las técnicas de dictado en el aula, como actividad para la enseñanza y en el control del aprendizaje, tratemos ahora de definir las posibles ventajas más significativas de su aplicación en el aula de las IE tanto para los alumnos como para los mismos docentes.
Para el profesor
- Puede ser utilizado tanto en clases numerosas como con grupos reducidos siempre que se reúnan las condiciones necesarias.
- Nos encontramos, por tanto, ante una de las técnicas que permiten implicar a todos los estudiantes a la vez.
- Todos los alumnos están trabajando activamente durante el ejercicio.
- Los estudiantes se mantienen activos después del ejercicio.
- Su naturaleza evaluadora favorece la incorporación activa a la clase.
- Puede conducir a prácticas comunicativas.
- El profesor puede identificar y corregir un número elevado de problemas diferentes en un tiempo limitado.
- En clases de procedencia mixta, ayuda a la detección de problemas particulares causantes de errores. Por ejemplo, los errores causados por interferencia de otras lenguas.
- La preparación requiere un tiempo no excesivo.
- La corrección no presenta especial dificultad y ofrece un amplio abanico de posibilidades (la puede realizar el mismo alumno, otro alumno, el profesor, se puede utilizar el retroproyector, etc.).
- Ofrece abundante y válida información de feedback.
- Se pueden revisar los contenidos de una lección, se pueden tratar dificultades ortográficas, etc. – Permite la elaboración de listas de frecuencia de errores y esto, a su vez, posibilita la creación de material de revisión.
- Pone en marcha mecanismos inconscientes útiles, como la reflexión sobre las implicaciones de las palabras, el sentido del texto, etc.
- Se inserta fácilmente en cualquier tipo de programación.
- Puede servir como actividad de apertura o cierre, pero su inserción en unidades didácticas o tareas no resulta problemático.
Para el alumno
- Aumenta el tiempo de trabajo totalmente activo.
- Colabora en la fijación del nuevo código ortográfico.
- Conlleva la componente de autoexamen.
- Es material que se puede conservar y revisar.
- Permite una corrección rápida.
- Los alumnos lo encuentran divertido.
- Se puede utilizar como material de refuerzo.
- Permite la autocorrección.
- Le puede dar acceso a textos interesantes.
- El alumno requiere práctica en las técnicas de toma de apuntes.
- Debidamente presentado, mejora la comprensión de auditiva, de lectura y la adquisición de léxico, así como la adquisición de nociones culturales.
- La variedad de formatos introduce el elemento sorpresa
- El alumno toma conciencia de sus límites e inseguridades en ciertos aspectos de la lengua estudiada.
- Constituye un buen input para el ejercicio de actividades creativas y de aprendizaje significativo.
- Se adapta a las necesidades de los alumnos
Desventajas del uso del dictado en el aula
Lógicamente no hablar de las desventajas que puede presentar esta práctica, sería dar una visión demasiado parcial del tema.
Considero que estas pueden ser tantas como todos los usos inadecuados o poco pertinentes que se puedan hacer de ella, pero lo cierto es que muchas de las ventajas señaladas encuentran especial expresión en dictados dirigidos a favorecer el desarrollo de habilidades y actitudes interculturales.
Hacia una nueva metodología del dictado
El dictado, para muchas personas, es un ejercicio que se reduce a que el profesor lea un texto, lo dicte y lo vuelva a leer para que el alumno revise lo que ha escrito (dictado tradicional puro o con introducción de pequeñas variantes).
El panorama cambia si, como sugiere M. Rinvolucri (1988), nos planteamos una serie de cuestiones como quién lo hace y a quién, quién controla su ritmo, quién elige o crea el texto y quién lo corrige.
Si todo o casi todo queda en manos del profesor y este se limita a lo descrito en las primeras líneas de este párrafo, nos encontramos ante un dictado tradicional, que también puede tener su espacio y su sentido en ciertos contextos.
Pero las cosas pueden ser de otra manera, tanto en el dictado tradicional como en el dictado que llamaremos, de ahora en adelante, «abierto».
Ejemplos de técnicas de dictado en el aula
Tiras
A cada alumno se le da una tira de papel con una frase. Se les dice que todas las frases reunidas forman una historia que, a su vez, contiene un enigma (o plantea un problema o una pregunta, etc.). Tienen que reconstruir la historia.
Empieza a dictar quien crea que tiene la primera frase, y escribe un alumno (o varios, por turnos).
Cuando esté reconstruida la historia, en grupos, tienen que intentar dar una respuesta, en este caso, a la pregunta planteada.

Completamos la actividad comparando los horarios y la vida de la protagonista con los propios de un estudiante universitario del país de origen. ¿Son iguales? ¿En qué cambian?
Llama y pide
El profesor entrega a cada alumno una fotocopia con el menú o lista de productos de un local de bocadillos y/o pinchos, un restaurante o un supermercado que sirva a domicilio.
Cada alumno elige lo que quiere pedir y se simula una llamada telefónica (parejas).
El «empleado» toma nota de los datos del «cliente» así como de su pedido en una ficha ad hoc (se puede también simular un diálogo entre camarero y cliente de un restaurante).
Después del dictado, se realiza, como ejercicio de expresión oral, una comparación con la propia realidad y se comentan los parecidos y las diferencias.
Nos dictamos
Preparamos dos copias (A y B) del texto que vamos a dar a cada pareja.
En cada copia eliminamos una serie de palabras, de manera que las palabras ausentes en la copia A aparezcan en la B y viceversa. Entregamos los textos.
Los alumnos, por parejas, se leerán los textos mutuamente hasta conseguir rellenar los huecos.


Completa mi dictado
El profesor dicta un texto que los alumnos deberán copiar, en parte, a la manera tradicional.
En ocasiones el profesor advertirá, mediante el uso de la palabra «instrucciones» que lo que viene a continuación no lo tienen que copiar, sino desarrollar por escrito a discreción de cada uno.
El sábado pasado fui por primera vez a casa de Juan. Vive en un piso de un barrio céntrico de Madrid (Instrucciones: ¿Cómo es su casa?).
Había invitado a un grupo de amigos a ver el partido de fútbol en la nueva televisión plana que han comprado sus padres (Instrucciones: Describe el salón).
Compramos cosas en el supermercado para comer y beber durante el partido. (Instrucciones: ¿Qué compraron?). Ganó nuestro equipo y nos divertimos mucho
(Instrucciones: ¿Qué hicieron?). Después, salimos todos juntos a dar una vuelta (Instrucciones: ¿Cómo terminaron la noche? ¿A qué hora?)
Ordena las piezas
El profesor lee un texto un par de veces. Los alumnos simplemente escuchan sin tomar nota. Después, el profesor les entrega una ficha con el texto desordenado.
Los alumnos lo escriben poniéndolo en orden.
«Mantón de manila»
Es una prenda de seda/con flores bordadas./Usado originariamente/como prenda de abrigo,/hoy en día se lleva/sobre todo en las fiestas./También se usa para decorar/los balcones en las fiestas./ Aunque llega de Filipinas/en el siglo xvi/esta prenda femenina se asocia con/la artesanía andaluza.
Dictado con espacios
Se pueden realizar dictados en los que los estudiantes tienen que completar un texto que se les da, en el que hay una serie de espacios vacíos (por ejemplo, si dispongo de podcast de interés y, a su vez, dispongo del texto impreso, les doy un fragmento y durante la audición tienen que completarlo).
Una variante que da muy buenos resultados es omitir palabras (puedes indicar el hueco con una palmada, un golpe en la mesa, una palabra «especial»4 …) mientras dictas.
Los estudiantes tienen que pensar acerca del significado de lo que han oído y completar el texto.

Según las necesidades del momento puedo focalizar la atención en torno a cuestiones léxicas, gramaticales, etc.
En este caso concreto, después de haber repasado el uso de muy/mucho, nos centraremos en el tema del clima y en cómo condiciona nuestra forma de vida.
Tras una breve reflexión, los alumnos harán una comparación entre su realidad y la española.
El copista y el mensajero
Es una actividad que se realiza por parejas. En cada una, un alumno es el «copista» y otro el «mensajero».
Los alumnos se colocan a un lado de la clase y se disponen las copias del texto al otro lado del aula (por ejemplo, en la pared).
La dinámica es la siguiente: el mensajero tiene que ir hasta el texto, leerlo, recordar cuanto pueda y volver junto al copista y dictarle lo que consiga recordar.
El mensajero puede ir a leer el texto tantas veces como sea necesario. La actividad consiste en reconstruir el texto lo antes posible y con el menor número de errores.
Son muchos los textos que nos pueden servir de punto de partida. Obviamente, después deberemos completar la actividad con tareas de observación de la propia realidad, de reflexión y comparación.
Conclusiones de las técnicas de dictado en el aula
Como ya dijimos más arriba, lo importante no es resolver la dicotomía «dictado sí/dictado no», sino buscar las vías de una más eficaz explotación de estas y otras técnicas.
Podremos así hacerlas cada vez más eficientes y productivas. Subrayo la necesidad de contar con la opinión de los propios interesados para decidir si incluir o excluir ciertas prácticas a la hora de impartir nuestras clases.
Sabiendo de sus necesidades, gustos y opiniones, podremos satisfacer sus expectativas y mantener alta su motivación.
Rubrica para evaluar un dictado
Para evaluar esta actividad se recomienda usar una rúbrica analítica que de razón de los avances o retrocesos de los estudiantes en cuanto a la activdad abordada

Referencias
Cassany, D. (2004). «El dictado como tarea comunicativa». Tabula Rasa n.º 2 pp. 18-24. Documento de Internet disponible en http://www.revistatabularasa.org/ numero_dos/cassany.pdf. Fecha de consulta 20.11.2011.
Davis, P. y Rinvolucri, M. (1988). Dictation. New methods, new possibilities. Cambridge University Press
Hernández Mercedes, M.ª P. (2011). «L’acquisizione del lessico in l2 attraverso il dettato (tecniche di apprendimento e consolidamento)». En Actas del Encuentro de profesores de catalán: Giochi di parole: parole in gioco. CLA Universidad Federico II, Nápoles. En imprenta
Excelente trabajo 👏👍
Hola 👋 gracias por apoyar mí trabajo 😊
Excelente material!!
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